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¿Conca-MX? Los Clubes Mexicanos Siguen Mandando En La Liga De Campeones Concacaf

En México se respira, come y bebe fútbol. El balompié es el deporte rey en el mundo entero y en México no es la excepción. Los aztecas han invertido dantescas cantidades de dinero en su liga y en la adquisición de jugadores de enjundia, que pueden marcar la diferencia en momentos claves de un partido de fútbol. Igualmente, las categorías inferiores tampoco se quedan atrás. México se ha coronado dos veces en mundiales juveniles. La pregunta del millón: ¿Dónde juegan esas estrellas del Tri campeonas de los mundiales Sub-17 de 2005 y 2011 en la actualidad?

Como buenos latinoamericanos, tentados por los grandes equipos y proyectos futbolísticos: Europa, panacea o destino de cualquier futbolista. En América, en tanto, un resquicio temporal, un “mientras tanto” me llaman para jugar en el viejo continente o una última estación pensando en el retiro. Así las cosas, en América se juega un fútbol distinto al que se juega en Europa. América, entre fogeo y retiro, entre primavera e invierno, entre futuro y pasado, pero con pasión y corazón como ninguna otra confederación. Europa, por su parte, entre presente y verano, entre plenitud, condiciones físicas, jerarquía y salario.

Nuestros futbolistas en América nacen desde pequeños con un sueño: jugar en los grandes equipos de Europa. Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Liverpool, Juventus, y Milan, entre otros. El quitasueño o desvelo de todo muchacho que pretende resaltar en el mundillo futbolero y devengar un salario que le garantice un presente y un futuro promisorio para él y para sus seres queridos.

Dejando los solsticios de verano y de invierno a un lado y el sueño futbolístico continental para los dreamers, es prudente referirse al dominio e influjo que tienen los equipos que militan en la Liga MX en la Concacaf. 36 títulos de la Concachampions pertenecen a clubes mexicanos, mientras que el resto, 21 en total, se los reparten entre clubes de ocho países distintos.

El gran salto se dio en el siglo XXI. Solo en las ediciones de 2000, 2004 y 2005, el título de marras les fue esquivo a los clubes aztecas y ahora adorna las vitrinas de Los Angeles Galaxy de Estados Unidos y a los ticos LD Alajuelense y Saprissa. El resto de los torneos de la Concachampions de este siglo, llevan el tricolor verde, blanco y rojo en su pabellón.

De los cuatro clubes mexicanos que clasificaron a la presente campaña de la Concachampions: Monterrey, América, Cruz Azul y León, tres disputarán las semifinales del torneo. Monterrey y Cruz Azul se verán las caras entre paisanos, mientras que América y Philadelphia, único representante de la MLS, se jugarán el segundo boleto para la fase decisiva del torneo.

¿Cuáles son las claves del éxito de los equipos mexicanos en la Concachampions? Dinero, publicidad, buenos jugadores y directores técnicos, desarrollo e inversión en las categorías inferiores, además de la inferioridad futbolística o el presupuesto limitado de sus similares centroamericanos. Un poco de todo.

Es evidente que la liga mexicana ha crecido últimamente. La pregunta que habría que formularse es si México y sus clubes se encuentran listos para resaltar en el espectro internacional cuando compitan con selecciones y clubes de otras latitudes, en una Copa del Mundo o un Mundial de Clubes. 

En el ámbito internacional, jugar y reinar futbolísticamente en una confederación como la Concacaf genera réditos y títulos, pero también sus percances y vicisitudes que escapan de la propia naturaleza del fútbol o de sus estilos. El balompié que se juega en una determinada zona geográfica llega al límite impuesto por el nivel de los equipos y selecciones que integran esa zona, en detrimento del establecimiento de parámetros y roces internacionales necesarios.

A título de ejemplo, Australia se paseaba por Oceanía antes de jugar en Asia. Y claro, los Socceroos le ganaban 31-0 a Samoa Americana, 22-0 a Tonga, o 17-0 a Islas Cook en Oceanía, pero perdían con Irán o con Japón. Al cambiarse a una confederación como la asiática, el fogueo, roce y nivel de exigencia puede ir, aunque no necesariamente, a la par del aumento proporcional del nivel de juego de los equipos. Australia no es el mata-gigantes asiático ni mucho menos, pero a pesar de no ser su deporte rey, es de notar que Asia le ha traído beneficios tangibles y no tangibles a su balompié.

  

¿Ser cabeza de ratón o cola de león? como dirán algunos o manual del buen conformista, según otros. ¿De arrasar en la Concacaf a no poder competir con el resto del mundo? En lo personal, creo que México está más que preparado para jugar en otros torneos de otras confederaciones de fútbol. Copa América o Copa Libertadores como se hacía antaño.

Como reza la letra de la canción “América” del connotado cantautor español José Luis Perales: “América, América. Me hueles a guayaba, a cordillera helada. A tierra verde y lluvia tropical. Me hueles a pradera y a eterna primavera. Me hueles a futuro y libertad”.

Parafraseando un poco al cantautor Perales: "América, América me hueles a balompié, a dulce tentempié. A fútbol de pasión, a choques de emoción. Me hueles a entereza y a eterna grandeza. Me hueles a futuro y hermandad. América del Norte, América Central y América del Sur, unidas como hermanas por nuestra pasión por el fútbol y jugando en una misma confederación". ¿Quimera, sueño, utopía,o leyenda? Del dicho al hecho hay mucho trecho, ¿ficción o realidad? Puede ser. Por lo pronto, me quedo con la proeza de la UEFA de aglutinar selecciones y clubes de 55 países distintos, con diferencias culturales e idiomáticas notables en aras del fútbol, de sus equipos y de sus seguidores.

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