Argentina

A una semana del inicio de la Copa América aún es un misterio si el torneo se va a jugar o no. La CONMEBOL se vio obligada a cambiar la doble sede de la competencia, debido a los problemas sociales de Colombia y la emergencia sanitaria en Argentina, relocalizándola en Brasil, una de las naciones más golpeadas por la Covid-19. La decisión ha causado descontento en varios sectores, incluyendo a los futbolistas que, en teoría, deben jugar en el evento.

Todo futbolista sueña con hacer un gol al ángulo. Bueno, todo futbolista que no sea un arquero. Esa casta, en realidad, sueña con un vuelo al rincón que se vea espectacular en la tele y en las portadas de los diarios. Claudio Bravo, portero chileno, tiene un par de esas en su extensa carrera y esta noche agregó una más a la colección, al ahogar un magnífico tiro libre de Lionel Messi, en el 1-1 entre Argentina y La Roja en las Clasificatorias Sudamericanas a Catar 2022.

Miren, por favor.

Cuando comenzaron las Eliminatorias Sudamericanas a Catar 2022, a varios latinos viviendo en Estados Unidos casi les da un infarto. Esto, porque la única posibilidad de ver a las selecciones que aman era a través del nefasto sistema pay-per-view y con un precio sencillamente descabellado y hasta inmoral de ¡30 DÓLARES POR PARTIDO! Por suerte hoy existen alternativas. No son gratis, pero son parte de una suscripción que quizás ya tengas.

Hablamos de fuboTV.

El deseo de realizar la Copa América a toda costa ha llevado a la CONMEBOL a añadir un nuevo y vergonzoso capítulo en su historia. Un día después de anunciar la cancelación del evento en suelo argentino, debido a los problemas de la nación con la pandemia de Covid-19, el ente rector del fútbol sudamericano decidió proclamar a Brasil como sede del torneo.

Se juegue en Argentina, Estados Unidos o en el País del Nunca Jamás, la Copa América está a la vuelta de la esquina. Uno de los partidos más atractivos de la fase de grupos será el que mida a la selección anfitriona con Chile, el próximo 13 de junio, en el Monumental de Buenos Aires. El duelo aún trae esquirlas de las ediciones 2015 y 2016 y tendrá a Messi enfrentando a uno de los peores demonios que viven en su cabeza.