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Previa Del Preolímpico De La Concacaf

Premisa 1: El Campeonato Mundial de fútbol se juega cada dos años. Premisa 2: El nombre oficial de los certámenes de fútbol que se disputan cada dos años son: la Copa Mundial de la FIFA y los Juegos Olímpicos. Conclusión: El mundo entero se paraliza cada dos años por el evento deportivo más popular del globo terráqueo, el concilio ecuménico del fútbol.

Sin embargo, las premisas y la conclusión distan de la realidad, porque la FIFA y otros entes se han dedicado a estigmatizar y sabotear al balompié de los Juegos Olímpicos, protegiendo a su tacita de oro: la Copa Mundial de la FIFA.

Las restricciones van desde la edad de los jugadores, los derechos de transmisión, la logística, la adjudicación de las sedes, la propaganda, los contratos y el permiso a los jugadores que militan en clubes, para que puedan unirse a sus respectivos combinados nacionales, por decir algunas.

A mayor abundamiento, y ya esbozando otro gran factor que minimiza el impacto del fútbol olímpico y que ya no depende de los caprichos de su ente rector, un cúmulo de disciplinas deportivas se juegan al mismo tiempo en aquella ciudad que haya tenido la dicha de ser asignada por el COI (Comité Olímpico Internacional) como sede de la magna cita del deporte internacional.

Está claro que el balompié que vemos cada cuatro años en los Juegos Olímpicos nunca tendrá el espectro, la cobertura o el nivel que ostenta una Copa del Mundo. La selección absoluta no se compara a la sub-23 mientras que su fase clasificatoria está a años luz de la fase previa de los mundiales. Tampoco la audiencia es la misma.

Dicho esto, y sin demeritar a los antiguos griegos o a “monsieur” Pierre Fredy De Coubertin, creadores y forjadores de los Juegos Olímpicos, selecciones con pentacampeonatos mundiales como Brasil, han sufrido y padecido de los embates de ansiedad crónica, al saber y creerse incapaz de conquistar la presea dorada en el balompié olímpico. Al menos, hasta que un tal Neymar y compañía, lo consiguieron en casa en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Preolímpico Concacaf

Tokio 2020, Eurocopa 2020 y Copa América 2020. Tres magnos eventos del deporte internacional suspendidos hasta nuevo aviso por la pandemia. Todos a resguardarse y  acostumbrarse a vivir en esta nueva realidad. Mascarillas, alcohol, guantes y desinfectantes por doquier, atiborran los mercados y nos alejan de nuestra pasión por el deporte, al menos, de manera temporal.

Verano 2021: Se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos en tierras niponas tras su suspensión. Un cúmulo de figuras y estrellas buscarán representar a su país, llevarse las medallas doradas en disputa y brillar en la cúspide del deporte olímpico.

Para los amantes del balompié, el fútbol olímpico también tendrá actividad. La llamada “Copa Mundial Sub-23” ya tiene a casi todos sus representantes. Costa de Marfil, Egipto y Sudáfrica por la comarca africana; Arabia Saudita, Australia, la República de Corea y los anfitriones nipones por Asia; Alemania, España, Francia y Rumania por el viejo continente; Nueva Zelanda hará lo propio por los oceánicos; y los colosos del balompié sudamericano, Argentina y Brasil saldrán a defender su estilo.

Falta ver qué ocurrirá el venidero 18 de marzo en tierras mexicanas, cuando ocho equipos se disputen los dos últimos cupos en el preolímpico de la Concacaf. Será un torneo que se antoja interesante, ya que a diferencia de lo que ocurre en la Copa Oro o en cualquier hexagonal final, hay muchachos y equipos con el suficiente ímpetu deportivo y coraje para ir a por los resultados y a por la clasificación.

Así las cosas, recordemos que en la última edición del torneo, México derrotó en la final a Honduras y ambas oncenas se clasificaron directamente al torneo olímpico de Fútbol Masculino de Río 2016. Hoy, el grupo A, denominado el “grupo de la muerte” cuenta con México, Estados Unidos, Costa Rica y República Dominicana. Por su parte, el grupo B está integrado por Honduras, Canadá, El Salvador y Haití.

Grupo A

México tratará de hacer los deberes en casa. Eso sí, deberá enfrentar a dos huesos duros de roer: Estados Unidos y Costa Rica. El Tri Sub-23 contará con jugadores ya consolidados en la Liga MX para evitar sorpresas y tratará de imponer el estilo que le ha traído resultados positivos en los certámenes internacionales juveniles.

Estados Unidos, el seleccionado de las “Barras y las Estrellas”, llega con hambre, ganas, una rica historia en la competencia y hará lo posible para reivindicarse de Londres y de Río de Janeiro. Quién no recuerda a un tal Freddy Adu, máximo anotador de la edición de 2008 con cuatro goles, o a los mismos Goulet o Snow con seis y ocho tantos en 1988 y 1992, respectivamente.

Costa Rica es presente y “pura vida” se escucha desde las gradas. Una oncena con coraje y ganas que ha estado en el concierto de la Concacaf por muchos años. Tres jugadores que militan en las filas de la MLS se unen al talento local para tratar de colarse en las semifinales del torneo de marras, en detrimento de Estados Unidos o del mismo México, para por qué no consolidar su pase a la magna cita del deporte mundial.

República Dominicana: Los Tigres del Licey, los Leones del Escogido, las Águilas Cibaeñas. No, no se trata de béisbol. No es la Serie del Caribe, la Serie Mundial o un grupo de toleteros que juegan la liga de pelota invernal. Se trata de balompié y jugarán el Preolímpico de la Concacaf ante rivales complicados. Como debutantes, los dominicanos tratarán de hacerlo lo mejor posible y si consiguen la clasificación para los Juegos Olímpicos sería una gesta histórica.

Grupo B

Honduras, la catrachita de cariño, está integrada por un elenco variopinto de jugadores que juegan en casa, pero también en Chile, Estados Unidos, Panamá e Italia. Querrá reeditar lo ocurrido en los dos preolímpicos anteriores y clasificarse a Japón. Sin duda alguna, que dispondrá del factor H al momento de jugar, buscar y plantear los partidos.

Canadá irá a desvelar el manto de dudas que suele cubrirla en torneos como este. Se encuentra en un grupo a priori asequible para meterse en las semifinales del certamen, pero por X o por Y no logran consolidarse. Juego previsible, le cuesta cerrar los partidos claves y carece del elemento revulsivo. O un poco de todo.

El Salvador a sorprender a propios y extraños, con jugadores que tienen roce internacional. La Selecta, se sabe que no es la favorita y eso podría obrar a su favor si plantea los encuentros con carácter y personalidad.     

Haití, la selección que mezcla la fortaleza física y la rapidez, las transiciones activas y los cambios de ritmo. Eso sí, dejan muchos espacios atrás, poseen carencias en los fundamentos defensivos y son poco ordenados al momento de manejar los tiempos del cotejo.

Por lo pronto, ocho equipos en la lucha por dos boletos para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Todo puede pasar en este tipo de torneos cortos entre combinados juveniles. Esperemos que gane el mejor y que los colegiados no sean los protagonistas de un evento que determinará no solo a los dos clasificados, sino que a los representantes de la Concacaf.

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